Otoño tardío

Celebrando el 60 cumple del Fas contemplamos Cuentos de Tokio / Tokio monogatari (1953), y ya sentíamos necesidad de volver al ‘maestro’ Ozu, uno de los mayores placeres que el cine genera. En esta ocasión el argumento nos lleva a las vicisitudes de la viuda Akiko (Setsuko Hara), y su hija Ayako (Yôko Tsukasa) tras fallecer su esposo. Una excusa para mostrarnos pasiones, siempre contenidas en la forma, pero turbulentas interiormente. Exquisitez en el encuadre y sobre todo esa cámara que se centra en los ojos, con los personajes sentados. Belleza y delicadeza trasmitida a través de la imagen, cuidando cada detalle. Ozu mencionó: ‘La gente complica las cosas más sencillas. La vida, aparentemente compleja, de pronto se vuelve simple’. Meticuloso hasta la médula, dedicaba horas a cada secuencia y participaba en el guion (no permitía cambiar una palabra).