El cuervo (cm)

Tras el éxito de su primer cortometraje, Por un infante difunto, Tinieblas González se propuso el más difícil todavía: adaptar el celebérrimo poema de Edgar Allan Poe El cuervo con un actor de carne y hueso (pues ya se han hecho varios cortos de animación con este poema, como el que se proyectó en el último Festival de Cortometrajes de Bilbao). Para protagonizar el corto, Tinieblas eligió a Gary Piquer (le vimos en El último viaje de Robert Rylands o en A los que aman), que encarna a un Poe atormentado por la muerte de su amada Leonor que una noche recibe la visita de un majestuoso cuervo que se posa sobre el busto de Palas, y que responde a las preguntas del poeta siempre con las mismas palabras: nevermore (nunca más), que además resultan siempre las apropiadas.

El cuervo se inspira estéticamente en el cine de la Hammer de los años 70; para lograr esa estética, Tinieblas y el director de fotografía Unax Mendia optaron por una arriesgada apuesta a base de tonos rojos saturados para tratar las imágenes de los personajes, un uso abundante de claroscuros, así como el uso de técnicas novedosas, como el no-blanqueo de negativo y las emulsiones muy duras a la luz para conseguir un alto contraste. Si a esto añadimos el gran trabajo en la dirección artística, que a logrado el acabado clásico de las antiguas producciones de terror, contaremos con el clima ideal para disfrutar con este cuento gótico de finales del pasado siglo.